La Escuela Taller “Tadea Jordán” cumple 100 años de su fundación. Nació el 9 de mayo de 1921, por iniciativa de la comunidad uruguayense que entendía como necesidad la formación en artes y oficios destinada a mujeres. Ese día el Consejo General de Educación de la provincia formalizó su creación, con la denominación institucional de “Taller de hilados y tejidos”, asignándole un espacio físico para su funcionamiento en la Escuela “Nicolás Avellaneda”.
La singularidad confirma una realidad histórica que tiene Concepción del Uruguay desde sus orígenes “otorgándole un lugar de privilegio a la educación”. Fue el Colegio del Uruguay, fundado por Justo José de Urquiza, el primer colegio laico de la Nación. “Es el refugio fundacional de las universidades que albergan hoy a centenares de estudiantes. La provincia es formalmente la responsable del sistema educativo pero Concepción del Uruguay ha sido una excepción a esa regla a través de la creación y sostenimiento de escuelas, con recursos propios. Ratifica ese compromiso con la creación reciente de la Escuela de Artes y Oficios, con fines y objetivos muy similares” expresó en este contexto el Presidente Municipal, Dr. Martín Oliva, al saludar a la comunidad educativa de la centenaria Escuela Municipal.
“Hablar de la Escuela Tadea Jordán, es referirnos a un establecimiento contenido dentro del ámbito de la Municipalidad donde se mantiene en forma constante durante un siglo con cursos de: Corte y Confección; Tejido al Telar; Tejido a dos Agujas; Tejido Crochet y Pintura en Tela. Hoy la antigua escuela-taller mantiene intacta su vigencia, con el dictado de cursos para generaciones de uruguayenses que han pasado por sus aulas” sostuvo el Intendente, quien agradeció a todo el personal del establecimiento en este día trascendental; el rol que cumplen tanto en lo educativo, como en lo social.
En el año 1933 la Municipalidad incorpora el establecimiento a su órbita, y resuelve la creación de una dirección con su propio reglamento y de sus planes de estudio a los que habrán de ajustarse sus cursos. La importancia otorgada por las autoridades municipales de entonces quedó corroborada en la adquisición inmediata de nuevos telares y la reparación de los existentes, los que se encuentran en pleno funcionamiento en la actualidad.
Desde el 27 de mayo de 1933 la Escuela funciona en el ámbito municipal y a partir del año 1990 tiene asiento en el edificio de Congreso de Tucumán 24, siendo su actual Directora Lucrecia Celoné.
La escuela brinda actualmente, capacitación a decenas de mujeres que cada año se acercan a recibir su formación y de esta manera, egresar con un oficio. “La escuela es mi vida”, sintetizó con emociones, Lucrecia Celoné, quien de niña concurría a la escuela cuando su mamá era directora, recibiendo ese importante legado de conducir una institución de esa jerarquía.
Los actos
Cien años no pueden celebrarse al pasar; y por ello, las autoridades municipales decidieron posponer la celebración para fin de año, cuando la pandemia de tregua a las y los ciudadanos.
No obstante, ya se comenzó a hermosear el frente de la institución con la colocación de un nuevo cartel que presenta a la Institución, por sobre una pared de color rosa, “expresando cariño, protección y positividad”, significados que otorgaban las culturas antiguas al color y, revalorizando el sentido federal de nuestra República; federalismo que abrazó Tadea desde muy joven. Esta semana se colocará la placa del centenario y un acrílico en su frente que citará el objetivo por el cual fue creada la Escuela. Además, ya se lucen los vinilos en el vidrio, describiendo los cursos que se dictan en el lugar, mientras que se aplicará una nueva iluminación para destacar ese espacio situado en Congreso de Tucumán 24: “La Tadea debe brillar” exclamó por su parte Marisa Díaz, Directora municipal de Educación.
El “Centenario” posee además dos reconocimientos: de Interés Municipal, otorgado por el Concejo Deliberante local y de Interés Legislativo, otorgado por la Legislatura Entrerriana. Por lo tanto, bien valdrá la pena esperar para que la comunidad toda, pueda celebrar este momento, compartir la “Torta del centenario” y conocer por dentro, los valores que guardan sus paredes.
Quien fue Tadea
En este centenario, también vale hablar del nombre que le fuera asignado a la Escuela Municipal. Un nombre que representa el valor y el coraje que las mujeres poseen internalizado por naturaleza propia. Por designio histórico Tadea Jordán es el nombre que lleva la escuela rindiendo homenaje a una mujer valiente y decidida. Hija de Antonio Jordán y Vértiz y de Juana Tadea de Vértiz y Salcedo, de la familia del segundo virrey del Río de la Plata, Tadea Jordán estaba destinada por herencia a frecuentar salones y tertulias. Sin embargo, su vida estuvo signada por la lucha y el sacrificio
Fue contemporánea de otras mujeres protagonistas de los procesos revolucionarios, que supieron darse un lugar en la historia. Contrajo matrimonio con Juan Gregorio Ramírez, descendiente directo del marqués de Salinas. De la unión nacieron tres hijos, uno de ellos el “Supremo Entrerriano”, Francisco Ramírez. Tras el fallecimiento de su esposo, Tadea se casó con Lorenzo Francisco López –el 20 de agosto de 1789-, con quien tuvo diez hijos. El tercero de ellos sería José Ricardo, de destacada actuación política y militar en Entre Ríos.
Tadea Jordán también abrazó la causa del federalismo y la defensa de su terruño. Dotada de capacidad de organización, formó a sus descendientes en la convicción de que a la realidad había que forjarla con inteligencia y coraje. Acompañó la actuación de “Pancho” en medio de interminables campañas militares que lo llevaban lejos de su hogar. No terminó de llorar el fallecimiento de su hijo, en los trágicos sucesos de Villa de María del Río Seco, cuando Ricardo debió partir al exilio de Paysandú, para evitar una muerte segura.
Luego de la derrota -en Gená- ante los ejércitos aliados de Buenos Aires y Santa Fe, que aniquiló a la República de Entre Ríos, las tropas aliadas impusieron a Lucio Mansilla como gobernador de la provincia. La idea de una conjura creció con fuerza entre los vencidos. Y esa mujer, con la carga de los años a cuesta, realizó un trabajo de zapa llevando y trayendo noticias de los exiliados, para coordinar el levantamiento que pusiera fin a la vergonzante situación de una Entre Ríos sometida a la tutela de Buenos Aires y Santa Fe.
Ante la amenaza de un complot para asesinar a Ricardo –que se encontraba en Paysandú-, cruzó el río Uruguay a caballo para alertar del peligro que lo acechaba. Su riesgosa misión, cumplida con la complicidad de los adversarios del gobierno de Mansilla, decidió al entonces Comandante de Concepción del Uruguay a resolver su detención. El año 1824 trajo por fin un tiempo de sosiego y paz a la Villa. Con la renovación de las autoridades provinciales, el flamante gobernador Sola concedió la amnistía a quienes se habían levantado contra la administración anterior. Liberada, Tadea, pudo abrazar a su hijo de regreso del exilio, y asistir a la reparación moral que recibió Ricardo al ser nombrado por el mismo Sola, en el cargo de la comandancia de la Villa. Algunos aspectos de la vida de Tadea Jordán retratan la magnitud de su figura, que da el nombre a la Escuela. Un digno homenaje para una institución centenaria.