A través de las clases virtuales, las docentes de Sala de 4 años comenzaron a enseñar a las niñas y niños el desarrollo de la huerta. Lo llevaron a la práctica y los alumnos mostraron sus resultados. Esto formó parte de la continuidad de las clases durante la pandemia.
Lo que se sembró durante el año, hoy muestra sus frutos. Más allá de ser una metáfora en cuanto al aprendizaje en general, esta es la realidad concreta de la huerta que propusieron las docentes de la Sala de 4 años del Jardín municipal Sirirí.
El proyecto, que implementó desde hace ya varios años la docente Verónica Giampieri, consta de una huerta que lleva a cabo la salita y que involucra a todas las niñas y niños, enseñándoles a cultivar la tierra para alimentarse, y trasladar ese conocimiento desde el jardín a sus hogares, donde el conocimiento y la educación se traspasa a los padres.
En este particular ciclo lectivo que fue el 2020, ante el impedimento de desarrollarlo en el jardín tal como se hacía, esta huerta comenzó de manera virtual, trasladando directamente las consignas vía internet para las niñas, niños y sus madres y padres, a la espera de que se desarrollen como actividad en familia, en el contexto de pandemia que impedía el encuentro con las docentes.
De esta manera, y ya en vacaciones, las niñas y niños mostraron los resultados de la actividad desarrollada en el año, con las huertas ya en funcionamiento en sus hogares y con los frutos de la enseñanza de las docentes en sus respectivas mesas.
Cabe señalar que el Sirirí, ubicado en barrio Rocamora, es uno de los 6 jardines municipales que contienen a más de 350 niñas y niños, los cuales se encuentran a cargo de la Dirección de Educación, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social.