Este viernes celebraron el 145° Aniversario del Hospitalito. Las personas residentes, su personal, familiares y autoridades compartieron la celebración, compartiendo recuerdos y todo el valor que guarda el lugar.
El intendente, Martín Oliva, encabezó la ceremonia junto al viceintendente, Ricardo Vales; el jefe de Gabinete; Yari Seyler; y el secretario de Salud, Miguel Toledo. También estuvieron ex Directores y ex empleados de la Residencia, unidos con la comunidad del Hospitalito más allá de ya no desempeñar funciones allí.
El Presidente Municipal expresó: “Si analizamos lo que pasaba hace 145 años, es doble nuestra obligación de velar por estos espacios. Más cuando esto es un símbolo de lo que supo sostenerse en el tiempo y que hoy tiene doble patrimonio: las 26 personas a las que cuidamos todos los días, y el patrimonio arquitectónico”.
Del pasado al presente
El historiador Omar Gallay, quien vivió, trabajó en el lugar y escribió el libro “El Hospitalito”, reseñó sus orígenes. Ante la epidemia de cólera que sufrió la ciudad en 1867-68, “se gestó desde el gobierno provincial la creación de un hospital, que hasta ese entonces no era de mucha preocupación de las autoridades provinciales”. Las obras comenzaron en 1868, sufriendo después demoras por la muerte de Urquiza, la rebelión de Ricardo López Jordán y la consecuente crisis provincial, además de la fiebre amarilla de 1871. “Finalmente, en 1877 comienza a funcionar el Hospital y el 29 de junio se hace la inauguración oficial. Con esa inauguración surge también la Sociedad de Beneficencia”, ya que la Municipalidad había traspasado la titularidad a este organismo; esta Sociedad administró el lugar hasta 1955. Casi inmediatamente, “llegan acá las Hermanas del Huerto, monjas que eran las enfermeras”. Si bien el Hospital “Justo José de Urquiza” fue inaugurado en 1931, el Hospitalito “siguió funcionando como Hospital hasta 1940”. Benito Cook y Juan Blanchet, quienes “hicieron prácticamente su segunda casa de este lugar”.
Nueva perspectiva de derechos
El Secretario de Salud ubicó al funcionamiento de la Residencia como parte de “una decisión de Estado de cambiar la perspectiva de derechos. No es como antes en los geriátricos, donde muchas veces los adultos mayores sólo transcurrían sus últimos días”. Este cambio de perspectiva implica “una atención integral, que va desde la mejora del edificio hasta la parte cognitiva y psicológica, seguridad alimentaria y recomposición de la red social de los adultos mayores”.
Se descubrieron dos placas recordatorias y se exhibieron fotos de las etapas antigua y contemporánea del funcionamiento de la Residencia.